Arquetipos bioclimáticos: aprender de la tradición
Cuando hablamos de arquitectura bioclimática pensamos que sea un tema o una corriente nueva, que se desarrolló a partir de los últimos 10 o quizá 20 años, pero no es así. La arquitectura siempre fue "bioclimática", es decir que tenía consideración de los factores climáticos, medioambientales y socioculturales de un determinado territorio (o sitio de proyecto). Con la industrialización de los materiales como hormigón armado y acero principalmente, empieza, entonces, un proceso de modificación y experimentación que conlleva a los arquitectos del Movimiento Moderno a aspirar de crear un único estilo que pueda ser igual en todo el mundo.
La arquitectura bioclimática, como la conocemos hoy día, nace como respuesta a una arquitectura "unificada", buscando, entonces, regresar a un pensamiento más específico y local. Sin embargo, en los años que pasaron el Movimiento Moderno, hasta las décadas 1970-80 sobre todo en América Latina, todavía se concebía un diseño arquitectónico moderno, es decir con fuertes influencias lecorbusieranas.
La experiencia del MM, si por un lado fue fundamental en el transcurso histórico de la arquitectura y que evidentemente se ha vivido como un grande taller de diseño, por otro lado, ha seguramente dejado un grande vacío sobre los temas de sostenibilidad. Ya es cierto que la industria de la construcción es unos de los sectores más contaminantes del planeta, considerando todo el ciclo de vida de los materiales, el transporte incentivado por el deseo de poseer un material exótico, y la escasa, sino nula, delineación sobre lo que es eliminación o desecho de los materiales mismos.
Para entender en el pleno de sus posibilidades el diseño bioclimático contemporáneo, hay que revisar y estudiar la arquitectura vernácula, llamada también arquetipos bioclimáticos, porque justamente tiene en sí todos los conocimientos propios de un lugar y de un territorio, hecho no solo de topografía, geología del suelo et, sino también de factores climáticos, sociales y culturales.
Un arquetipo bioclimático es un modelo de integración y de conexión entre la naturaleza y el ser humano, entre natural y artificial. Como tal, es un ejemplo de cómo la relación entre estos dos mundos es muy delicada. La experiencia del pasado aclara cómo ha sido la adaptación de los edificios al clima y al medio ambiente a lo largo de los siglos.
Analizar la arquitectura tradicional Ma'dan en la Mesopotamia, nos ayuda a conocer las condiciones climáticas y naturales de los llamados "árabes del pantano".
Sus viviendas están realizadas con juncos que crecen en el mismo río y nos dice mucho del territorio: es decir, siendo la arquitectura resultado de un conocimiento de un lugar, revisando los mudhif (el nombre de las viviendas), podemos reconstruir idealmente los factores climáticos.
En los laterales y en la fachada, siempre de junco, se realizan algunas aberturas, tipo "mashrabyyas" del mundo árabe (típico también de los balcones de Lima coloniales). Estas perforaciones tienen el papel de controlar la temperatura interna, dejando ingresar aire más fresco y permitiendo la natural ventilación del ambiente.
La solución de tener pequeñas aberturas como única fuente de ventilación e iluminación nos aclara dos temas importantes, sobre el análisis del territorio local:
- hay una fuerte radiación solar durante el día que lleva al evitar cualquier tipo de perforaciones grandes que puedan permitir la penetración de rayos solares que sobrecalienten el ambiente;
- hay vientos cálidos durante el día que, pasando a nivel del agua, se cargan de humedad que bajan la percepción de la temperatura elevada, permitiendo así poder ventilar los ambientes y refrigerarlos.
Study nature, love nature, stay close to nature. It will never fail you
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